Invasores Patológicos

¡Hola, somos artistas sorpresa!, gritaba Walas para revelar la gran incógnita de la noche y, al mismo tiempo, terminar con las especulaciones. Con el correr de las horas, las hipótesis se fueron multiplicando sin control. Algunos hablaban de Divididos y hasta del mismisimo SLASH. Otros, en cambio, soñaban con una pequeña selección de músicos capaces de recorrer parte del cancionero nacional con precisión y soltura. Por suerte, o por desgracia – un fogón con hits criollos poco ensayados siempre suena tentador, nada de eso ocurrió. Massacre, la banda del momento, ocupó ese lugar destinado al artista sorpresa.

Luego del show de Cabezones en el escenario Claro, Walas y compañía salieron a escena con la clara intención de mostrar su constado más oscuro. Tal vez por ello, armaron una lista anatómica, capaz de convencer a los fans de aquella masacre en palestina como a los nuevos seguidores de la gran reina de Marte.

Como pocas, la obra de Massacre insita a una relectura constante, permanente y, como si eso fuera poco, perspicaz. En cada presentación, el bagaje conceptual del quinteto modifica su manera de manifestarse y se revela. Esta noche, y en relación a su primera participación en el festival, la cuestión pasó por otro lado. A diferencia de aquel show, Walas tomó esta especie de revancha como un juego, sin obligaciones ni presiones.

“Somos astronautas rusos con guitarras eléctricas” confesaba el cantante para darle lugar a Te leo al revés, Compulsión e Invasoras Amazonas. A esta altura, las pantallas jugaban un rol clave a la hora de anclar significados. Claro, casi todos los temas estuvieron sostenidos con imágenes especialmente seleccionadas para la ocasión.

Para el cierre, Massacre se guardó a La reina de Marte y a Mi mami no lo hará. Lejos de repetirse, volvieron al Club Ciudad de Buenos Aires con un show renovado, nueva actitud y muchas ganas seguir conquistando. El Pepsi Music 2008 ya es historia, amigos. Sin embargo, lo mejor está por llegar.