
El arranque del show fue con una potente versión de Pensando en Llegar, y a partir de ahí todo cambió en la Comuna San Rock-e. Porque después de algunos chaparrones esporádicos a lo largo de la fecha, se desató una tormenta intratable, que obligó a los músicos a resguardarse en el fondo del escenario y al público a cobrar valor para seguir estoico en el campo.
Aun así, pasaron 12 canciones más, en los cincuenta minutos que duró la presentación de Almafuerte. La máquina de picar carne y Toro y Pampa (del último disco), Convide rutero, Del más allá y El Visitante. Para el final, se guardó dos clásicos: Sirva otra vuelta pulpero y A vos amigo.
Para aquellos que gustan, además de sus canciones, de las ocurrentes intervenciones de Ricardo entre tema y tema, sepan que esta vez el cantante estuvo muy poco locuaz. Apenas una referencia y posterior a saludo a “todos los músicos que fueron saludarme al camarín” y en especial Fernando Ruiz Díaz y Skay Beilinson, que miraban desde el costado del escenario.
Almafuerte pasó una vez más por el Cosquín Rock, se dio el lujo de tocar detrás de Purple y se llevó una ovación de los miles de metaleros que festejaron con el puño el alto, a pesar de clima.