Sin Kapanga, no hay festival

Tenían que estar, es así. No importa cuando. Iba a ser el sábado pasado, cerrando lo que iba a ser la jornada 2 del festival, pero la lluvia no dejó que se realice la fecha y para cuando se reprogramó, ya tenían compromisos en el interior del país. Pero a esta altura, sino está Kapanga, el festival no está completo. Por suerte, hay varios que piensan como nosotros, e hicieron todo lo posible encontrar un hueco y meterlos en la cargada grilla dominguera.

Con Kapanga, y sobre todo con El Mono, la diversión está garantizada. Capaz de meterse a cantar entre la gente, como lo hizo en un Lugar, o bailarse una tarantela, ensayar el clásico pasito de Singing in the rain o tirar el Moon walking de Michael Jackson, mientras el Maikel de Quilmes se lucía con un tremendo solo de viola en El Universal.

“Gracias a todos los compañeros que tuvieron la voluntad de hacernos un lugarcito para que podamos tocar acá”, agradeció el Mono ni bien comenzó el set, que rompió el hielo con “Todoterreno” y “Fumar”. Hubo espacio para mechar las nuevas canciones con sus hits, infaltables en cada show festivalero. Del último álbum pasaron, además de la mencionada que le da nombre al disco, “Miro de atrás”, “El albañil” y “Se va”.

“Vamos a presentar el único invitado del show, Tobías Favio”, presentó el Mono a su hijo, que entró para hacer un air guitar de “Ramón” y se quedó por buena parte del set. Aunque, en realidad no fue el único invitado, porque en el mismo tema, desde el público subió un mini Caballero Rojo arengador, que se llevó una ovación impensada.

El final, con “Me mata” (con corte de sonido incluido, pero rápidamente solucionado), “El Universal” y la celebrada “El mono relojero”.

Pasó Kapanga y obviamente hubo fiesta en el Club Ciudad. Mientras tanto, los Tipitos ya se preparan para dar su set, en el escenario Pepsi.