Ratones, clásicos y vigentes

Afortunadamente, la gran cantidad de problemas de sonido, sobre todo lo bajo del volumen en el escenario Pepsi que venimos mencionando a lo largo del festival, no se sintieron en el show de los Ratones Paranoicos ¿Será tal vez, que al escenario que apunta al río le pueden dar más rosca y subirle los decibeles? No lo sabemos a ciencia cierta, lo concreto es que los Ratones Paranoicos ofrecieron un set impecable que intercaló los clásicos inoxidables de la banda, con varios temas de su nuevo disco, que lleva el nombre de la banda. Ver Nota...


El comienzo, con tres de las viejas fue con “Sigue Girando”, “Rock del pedazo” y “El Centauro”. Enseguida, los detractores de siempre le saltaron a la yugular a los paranoicos, acusados de repetir siempre la misma fórmula. Cosa que es cierta, aunque con este estilo no le ha ido mal a la banda liderada por Juanse, más en este tipo de eventos, en la que la diversidad de público espera y festeja cuando aparecen “El Vampiro”, “Rock del gato”, “Vicio” y siguen las firmas.

Derribando conjeturas erróneas, “Sacrificio japonés”, el primer corte de su nuevo disco en el que canta y compuso Luís Alberto Spinetta, fue el inicio de la seguidilla de novedades: “No llores” y “Cara verde” completaron la trilogía. Luego aparecerían también “Hotel Babylon” y “Chuto”, del mismo álbum.

Hay que destacar la precisión de los Ratones. Roy, marca el tiempo como el mejor reloj suizo, Memi, lo sigue de manera impecables y además incorporaron nutrió de bronces (trompeta, saxo barítono y tenor) protagonistas en varios momentos del recital. El oficio de Sarco y Juanse, con su gola intacta, completan un tándem ajustado y sólido.

El final, con “Para siempre” y “Rock del gato” (repetida) completaron una lista de 12 canciones que repasó parte de lo mejor de la banda, con su furiosa actualidad.

Final para los Ratones y ya se puede oír el famoso “escuchelo, escuchelo…”, sí, se viene la aplanadora, después los uruguayos. Todavía falta lo mejor.