La vuelta del Matador

Más de dos décadas después de su aparición y luego de seis años de exilio, no fueron suficientes para impedir que los primeros acordes de El León sacudieran los cimientos del Monumental con más de 60 mil personas vibrando, esperando el inicio del show. La música de James Bond sirvió como preámbulo mientras la banda fijaba posiciones sobre el escenario. Y luego sí, el comienzo de una lista larguísima que derivaría en casi tres horas de show. Tres horas que recorrieron todos los ánimos, casi todos los hits y, como suele ocurrir con los Cadillacs, casi todos los ritmos.

Pulgares Arriba

Hubo varios momentos altos del show. Los grandes hits de la banda estuvieron presentes casi en su totalidad. Desde la calma de Siguiendo La Luna con una impresionante luna llena proyectada sobre River, hasta el falso final con Carnaval Toda La vida, Mal Bicho, El Satánico Dr. Cadillac y Vasos Vacíos (con Mimi Maura complementando a Vicentico), por citar algunas. Incluso las “nuevas” sonaron en gran forma, como la estupenda versión de Wake Up and Make Love With Me (Ian Dury), en la que Vicentico jugó a Madonna por un rato, saltando la soga y entonando un Like a Virgin como hicera la diva la semana pasada. Ajustados, precisos, contundentes, los Cadillacs redondearon un muy buen primer concierto ante un estadio que se rindió a los pies de una banda que entregó lo que todo el mundo vino a buscar: hits de cancha, de fiesta y, en algunos casos, de alegría. Incluso cuando subió Pablo Lescano (Damas Gratis) y el escenario tomó colores de cumbia pura nadie dejó de agitar. ¿Serán los Cadillacs los únicos capaces de pasar de una cumbia lisa y llana al punk rock de los Dead Kennedys sin que a nadie se le mueva un pelo?

Pero hubo un momento en que el sentimiento le ganó al frenesí. Un video recordó al fallecido Gerardo Toto Rotblat y al rato la banda le dedicó La Luz Del Ritmo, creada por Flavio en su memoria. Un homenaje al amigo que ya no está en, acaso, una de las noches más felices para el grupo. Luego, el repunte con los hits mencionados y el final real con dos covers, Guns of Brixton (The Clash) y Let´s Lynch the Landlord (Dead Kennedys) que se sumaron a Yo No Me Sentaría En Tu Mesa. Ya para ese momento el escenario era poco menos que un caos, con la banda intercambiando instrumentos y sumando a los hijos de Flavio y Vicentico, Astor y Florián, respectivamente; al Decadente Mosca y a los ex Cadillacs Luciano Jr. y Vaino (ex guitarra, hoy manager).

Pulgares Abajo

No mucho para reprochar. Quizás algo de gigantismo en la lista, pero cómo no hacerlo cuando se está ante un primer show en River. El otro punto flaco fue el escenario, algo despojado en su ambientación y sin una pasarela que acercara a los músicos hasta la gente. Pero son pequeños lunares dentro de una gran noche de regreso.

Por esto hablarán del concierto

La banda se dio el lujo de volver a escala masiva, llenar un estadio que ni en sus mejores épocas lo hubieran conseguido y, de yapa, salir fortalecidos para encarar el futuro. Ya el primer River está adentro y con creces. Cuando hagan el balance final de la gira, seguramente recordarán esta noche como uno de los hitos en ela vuelta del Matador.