Como esas películas de acción vertiginosa, el show de Madonna debería permitir una segunda observación. Poder tenerlo registrado y mirarlo de nuevo, porque pasan tantas cosas sobre el escenario que al centrar la vista en un sector, algo nos estamos perdiendo de lo que ocurre en el otro lado. Obviamente, la mayoría de las miradas son para ella. Y bien ganadas que las tiene. Camaleónica, pasa de bomba sexual a rockstar (con SG púrpura o Les Paul negra al hombro); de disco girl a cantante solitaria allá adelante, solita su alma y su guitarra. Las mil caras de Madonna aparecen sobre el escenario y también en las pantallas. Y cada una de esas personalidades ejercerá un magnetismo invencible en cada uno de los presentes.
Cuando la tarde comenzaba a ser una anécdota, Paul Oakenfold le dio vida a un escenario que lucía inmensamente despojado ante tanta luz solar. Disparando mixes con aire rocker y no tanto, el inglés hizo saltar durante un rato a un River tragaba gente desde sus entradas.
Cerca de las 22 Hrs, el video introductorio dejó dos cosas bien en claro: una, que el volúmen iba a ser apabullante. Dos, que Madonna sigue estando a la vanguardia de todo. Porque no se trata de un llano concierto, sino que abarca mucho más. Es de a ratos una especie de comedia musical, con sus coreografías ensayadas hasta el mínimo movimiento; es una escena virtual, en donde Madonna canta hasta en los interludios a través de las brutales pantallas que pueblan el escenario; es un coqueteo con el hip hop (con Pharrel Williams -The neptunes-, productor del disco en las pantallas): es una pulsión electrónica imponente; es pop y es rock, liso y llano, cuando se vuelve a calzar la guitarra y sólo suenan junto a ella un bajo, otra viola y una batería. Otra vez las mil caras. Otra vez algo para ver. Otra vez el fisfrute.
Musicalmente también el show va más allá. Sostenida por una banda que no ahorra en máquinas, programaciones, loops y demás gadgets tecnológicos (que incluyen pistas vocales pregrabadas a las que la rubia se suma en vivo), Madonna decide reinventar sus hits. Sólo serán las letras de aquellas canciones las que permanezcan, pero no sus arreglos ni sus ritmos. Así, La Isla Bonita muta su aire tropical por uno flamenco/ gitano y River se transforma en un tablao. O allá por el final, Like a Prayer saca a relucir un espíritu clubber bien alejado del que tuvo en los 80's. Y así con todas y con todo.
Si el arranque, con toda la adrenalina que recorría el estadio, fue demoledor, el final elevó aún más la apuesta. En el medio, algún que otro bachecito; y un instante para el momento “emotivo” con You Must Love Me + Don´t Cry For Me Argentina (elegidas para la ocasión -y para el DVD que está grabando justamente aquí-) con las pantallas mostrando la bandera nacional. Pero volvamos al final, que convirtió a River en una disco gigante: 4 Minutes (con Justin Timberlake canturreando desde -otra vez- las omnipresentes pantallas), Like a Prayer, Ray of Light, una “improvisada” Express Yourself cantada a capella, Hung Up y la contundente Give It To Me. Y no hay más, aunque la gente pida. Maestra de la provocación, Madonna juega con el dulce y te lo quita, justamente, cuando el éxtasis marcaba el tope.
Con el riesgo como su mayor virtud, quemando los viejos laureles y poniendo la corona en juego, Madonna se alza victoriosa una vez más. Como una monarca que esperó quince años para volver a uno de sus feudos más lejanos, la rubia vino, vio y venció de nuevo. Con el brillo de su realeza y la contundencia, actitud y jerarquía de los que son Número 1.
Madonna en Argentina 6-Dic-08
(informe especial)
(informe especial)
4 comentarios:
una diosa!!!
...fui al recital de chileee
fue lo maximooo
M
A
D
O
N
N
A
T
E
A
M
O
giorgio
Lima Pe
una diosa!!!
...fui al recital de chileee
fue lo maximooo
M
A
D
O
N
N
A
T
E
A
M
O
giorgio
Lima Pe
un show ESPECTACULAR!!!
Madonna Rules!!!!!
...Madonna demostro porke es la REINA DEL POP"
muy grosaa la mina...
Publicar un comentario