Siguenos en nuestra nueva aventura bloggera!!!

septiembre 28, 2008

No me importa mojarme

Que llueva, que llueva; Total el rock jamás se detiene. El cielo obligó a los vendedores a cambiar de rubro rápidamente. Como por arte de magia, las gaseosas desaparecieron y los pilotos amarillos tomaron las instalaciones del club Cuidad por asalto. También, la organización modificó su plan original. Los horarios fueron ajustados y las presentaciones sufrieron algunos cambios sustanciales. Entonces, las innovaciones obligaron a las bandas a terminar su lista de temas casi arriba del escenario.

El peor momento, climatológicamente hablando, fue cuando El Otro Yo iniciaba su participación en el Pepsi Music 2008. Igualmente, la cortina de agua no impidió que la gente disfrute de los hermanos Aldana. Por otro lado, algunos especialistas aseguran que la lluvia suele funcionar como un aditivo excelente a la hora de la distorsión. Quizás, así sea. Sin embargo, los de Temperley evacuaron esa duda recién en el final.

Como la meteorología imperante, el comienzo fue errático y algo confuso. No obstante no tardaron casi nada en despegar y tomar vuelo. El primer gran revuelto se lo llevó Locomotora, con Maria Fernanda en la voz. Inmediatamente, y para terminar de consumir las reservas, la canción de los duraznos - 10000000 - , anestesiaba la húmeda espera. A esa altura, los presentes querían más y la banda estaba dispuesta a darle eso que estaban buscando. Cristián Aldana se despegó de su guitarra y, para el delirio de las chicas, arremetió contra todos los rincones del escenario. Anticipando el desenlace, Niki de Molotov subió para, desde el abajo, acompañar en No me importa morir.

Adam Green es un cantante judío norteamericano que arribó a la Argentina para presentar Sixes & Sevens, su reciente disco. Para algunos, su participación en el último gran festival del año fue toda una sorpresa. Amaneció con Carolina. Acto seguido arrancó la primera carcajada cuando, en un confuso castellano, se presentó diciendo:”Me llamo Pipo Pescador y me acompaña la banda de los payasos americanos”. Durante los casi cincuenta minutos que duro su espacio, Green no se detuvo un segundo. Bailó. Habló y hasta narró algunas historias poco felices. Vale destacar que, en algunos pasajes, su música se relaciona con películas viejas de acción o suspenso. Jessica, en versión acústica y Cracrhouse se llevaron los mejores aplausos.

Afortunadamente, el clima pactó una tregua. La lluvia es parte de la escenografía pasada y, como es habitual, lo mejor se guardó para el final.

Texto: Gustavo Cibreiro

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ni la lluvia fue impedimentooo

lo maximo el DIA 3!!!!!!!!!!

=O

Anónimo dijo...

ni la lluvia fue impedimentooo

lo maximo el DIA 3!!!!!!!!!!

=O