Massacre, Dante y Babasonicos, en ese orden y casi sin respiro, lograron neutralizar esa disposición anárquica que regía los dominios del Buenos Aires desde muy temprano. Más allá de la notoria diferencia de estilos, el público entendió el guiño y, sin omitir palabra, aceptó el juego.
Con la misma impronta de siempre, Babasonicos salió desde el minuto cero a conquistar, seducir y, fundamentalmente, a tocar. "Sin mi diablo, Pendejo y Estoy rabioso" fueron algunas de las primeras. A esa altura, Dargelos se movía cómodamente sobre las pasarelas laterales y, sin pensarlo, buscaba la complicidad de sus seguidores en cada movimiento.
Seguramente, esta noche no fue la mejor en la historia de los Baba. No obstante, el piso que maneja esta banda es muy superior a cualquier otro. Con experiencia, una buena lista y apoyándose en sus puntos más sólidos, construyeron un show contundente, poderosos y sin fisuras.
En lo estrictamente musical, el sexteto navegó por varias épocas. Desde aquellas oscuras y poco difundidas, hasta estas glamorosas y muy estridentes. Para ejemplificar esto, sólo hay que repasar parte de lo escuchado para hallar "Sátiro e Irresponsables". Antes, habían sonado "El colmo y el irreverente Y qué". Sin largos baches, la lista avanzó rápidamente. "Estoy rabioso, Puesto y Pijamas" conformaron la mejor trilogía de la noche por su eficacia, sonoridad y ubicación.
El primer fin de semana llegó a su fin sin grandes problemas. La retina guardará en lo inmediato, por un lado, un cielo gris amenazante y, por el otro, un tremendo show de Babasonicos. Sin pensar, el mejor del rock nacional e internacional ya desfila por estas pampas…estaremos listos?
de este Pepsi Music 2008: